viernes, 3 de abril de 2009

PERU EN LA GUERRA DE LAS MALVINAS

No hay guerra donde se tenga pueblos vencedores, no habrá nuevamente demostración mas grande de patriotismo en la argentina, todo un pueblo vestido de albiceleste, en demostración de valor ante un coloso, las aguas heladas eran el calor del pueblo, el viento congelante era la voz relampagueante que sonaba como el silbido de un batallón dispuesto a entregar sus vidas por la patria, 25 años y un solo recuerdo de hermandad, Fernando Belaunde Terry, presidente del Perú entregaba parte de su fuerza bélicas al hermano. Una acción donde se demuestra al hermano como se debe de comportar un hermano cuando este es golpeado. No dudo un instante en dar su apoyo, no dudo un instante en demostrar la ley que profesaba “la ley de la hermandad”. No dudo un instante en ser el principal aliado de Argentina contra el usurpador. Cuando Augusto Pinochet apoyó la invasión, Belaúnde se opuso y llamó a la integridad Sudamericana. En nuestros oídos hoy retumba la frase “el Perú está listo para apoyar a la argentina con todos los recursos que necesite”, Esto incluía aviones y pilotos de la fuerza aérea, barcos de la marina de guerra y médicos de la policía nacional del Perú. El Perú representó los intereses diplomáticos de la argentina en el reino unido de gran bretaña e irlanda del norte. Así, los diplomáticos argentinos destacados en Londres, se convirtieron en diplomáticos peruanos de nacionalidad argentina. Durante el transcurso del conflicto bélico, el acoso del servicio de inteligencia británico a la embajada peruana en Londres y a sus funcionarios diplomáticos fue tal que originó como respuesta mensajes de distracción. El Perú sirvió de puente para enviar cohetes franceses exocet a argentina. Además organizó una campaña de ayuda a nivel nacional a este país. Belaúnde sirvió de mediador en el conflicto y propuso soluciones sensatas y asequibles a ambos países. Sin embargo sus propuestas diplomáticas fracasaron cuando el gobierno británico de Margaret Thatcher ordenó hundir un viejo buque argentino que transportaba cientos de conscriptos de las islas Malvinas (o falklands) de regreso a la argentina. 2 de abril de 1982 quedara en el recuerdo de los pueblos americanos la demostración de hermandad brindada por un presidente y su pueblo, pero también quedara en el recuerdo como otro hermano se portaba como el Caín de América chile que brindo a manos abiertas sus bases aéreas a los invasores. Hoy a nombre del pueblo peruano rindo homenaje al soldado, al héroe desconocido, al hombre que puso el pecho a la bala llena de odio. A los pilotos, marinos y soldados peruanos que ofrendaron su vida en ayuda al hermano. Desde Arequipa – Perú TIERRA ANCESTRAL DE FERNANDO BELAUNDE TERRY.
Ciento cuarenta y nueve años de dominio colonial estaban por afrontar su más dura prueba; tras semanas de preparacion, la Armada Argentina ocupó las islas Malvinas, que consideraba suyas por derecho y que además colocaría a las republicas americanas en una prueba de fuego.1833, aprovechando las crisis post-independistas en Latinoamerica, Inglaterra da un golpe de fuerza y ocupa las Islas Malvinas, de propiedad argentina y desde entonces hace oidos sordos a cualquier reclamo de recuperación de éstas.1982, Argentina se cansa de reclamar "por las buenas", invade militarmente el archipielago e invoca la aplicación del TIAR al ser atacada por Inglaterra.E.E.U.U. fue el primer estado en darle la espalda a Argentina en su propósito de recuperar las islas, debido mas que todo era que en esa época (Guerra Fría) le era mucho más importante contar con la amistad inglesa y además, en este caso, era la Argentina la nación agresora. Por el contrario el Perú, gobernado por Fernando Belaúnde, decidio apoyarla en su designio de recuperar sus islas, inmediatamente rotas las hostilidades la embajada peruana en Londres acogió a los diplomaticos argentinos y representó sus intereses (al igual que la embajada norteamericana en Buenos Aires, que acogio a los diplomaticos ingleses).Diversas negociaciones, incentivadas por el Perú, se ofrecieron para lograr una paz que permitiera un mejor manejo de ese asunto colonial, incluso se estuvo cerca de llegar al alto al fuego, como lo expresa el entonces canciller peruano Arias Stella: "Después de intensas negociaciones junto con Estados Unidos, el presidente Belaúnde habló con Galtieri, su par argentino, quien aceptó el documento por el que se ponía fin al conflicto. Cuando todo indicaba que las negociaciones darían resultados y en Torre Tagle nos preparábamos para un anuncio oficial, el presidente Belaunde me informó que el crucero argentino General Belgrano acababa de ser hundido. No había nada que hacer y Belaunde le expresó su solidaridad a Galtieri". Efectivamente, sobre el mediodía del 2 de mayo, y pese a que había una propuesta de paz del Perú a mano sobre la mesa, el gobierno de Margaret Thatcher autorizó el hundimiento del ARA General Belgrano con sus 1.093 tripulantes, conscriptos de las Islas Malvinas de regreso a la Argentina y que navegaba fuera del área de exclusión decretada unilateralmente por el Reino Unido. 323 marinos argentinos perdieron la vida.Asimismo Chile, viendosé amenazado en caso de que Argentina resulte vencedora, colaboró también con Inglaterra proporcionando información aeronaútica vital para sus intereses, Chile apoyó secretamente a los ingleses e hizo todo lo posible para que Argentina perdiera la guerra. Aviones británicos con insignias chilenas sobrevolaban la Patagonia chilena y usaban bases chilenas como centros de operaciones. Además un gran número de soldados chilenos se trasladaron al sur de Chile, alarmando a Argentina y provocando que tropas argentinas se trasladaran a esa zona.Con la frase "El Perú está listo para apoyar a la Argentina con todos los recursos que necesite", el presidente Belaúnde declaró su apoyo a ese país. Esto incluía aviones y pilotos de la Fuerza Aérea, barcos de la Marina de Guerra y médicos de la Policía Nacional del Perú. Además Perú movilizó su flota naval al sur, frontera que comparte con Chile, con el propósito de neutralizar el movimiento militar chileno en la Patagonia. Las fuerzas armadas peruanas estaban listas para entrar en acción apoyando a Argentina si Chile tomaba parte del conflicto. Esto pudo llegar a ocurrir de haberse concretado la operacion Mikado, la cual consistia fundamentalmente en destruir en tierra a los aviones argentinos y a sus peligrosisimos Exocet (muchos de los cuales habian sido enviados a Argentina via Perú), Reagan (presidente de USA) había advertido a Thatcher que una operación así en territorio continental argentino podía involucrar en la guerra a otros países del TIAR, como Perú y Venezuela, pero evidentemente el gobierno británico optó por ignorar esta consideración y las objeciones de sus propias unidades de comandos, finalmente la operacion Mikado terminó abortandose al ser detectados por radares argentinos y tuvieron q tomar tierra en Chile, hecho que demostró definitivamente la cooperacion anglo-chilena.Perú fue uno de los pocos aliados de Argentina que lo apoyó abiertamente durante el conflicto. Lamentablemente posteriores dirigentes de la república Argentina se olvidarían de honrar esa deuda y se preocuparían de vender y entregar armas a Ecuador, en momentos en los cuales el Perú se dedicaba a defender su Amazonía de la amenaza del vecino del norte.

Argentina agradece el apoyo de Suramérica en el aniversario de la guerra de las Malvinas


La ministra de Defensa de Argentina, Nilda Garré, agradeció el apoyo recibido desde Suramérica durante la guerra que su país libró contra el Reino Unido por la posesión de las islas Malvinas, al cumplirse hoy 27 años del comienzo de ese conflicto.

Garré reivindicó la soberanía argentina en el archipiélago austral, "usurpado" por el Reino Unido en 1833, y defendió una vez más la necesidad de resolver el conflicto por la vía diplomática. EFE/Archivo
"Fue Suramérica -y especialmente Perú- la que se solidarizó con nosotros y sintió que Malvinas era ante todo un pedazo de tierra americana usurpado que debía defenderse", subrayó en el acto central del aniversario de la ocupación argentina de las islas, el 2 de abril de 1982, lo que desencadenó una guerra que concluyó el 14 de junio de ese año con la rendición ante las tropas británicas.
Garré reivindicó la soberanía argentina en el archipiélago austral, "usurpado" por el Reino Unido en 1833, y defendió una vez más la necesidad de resolver el conflicto por la vía diplomática.
"Las lecciones políticas de Malvinas nos conducen, como en muchas otras circunstancias de nuestra historia, a la lección fundamental: no hay acción política legítima que pueda surgir por fuera de la soberanía popular", subrayó en un discurso ante los mandos militares en la guarnición de Campo de Mayo, en la periferia de Buenos Aires.
La ocupación de las Malvinas, situadas en el océano Atlántico sur, a 400 millas marinas de las costas de Argentina, fue ordenada por la dictadura militar, que por entonces encabezaba el general Leopoldo Galtieri, quien fue destituido por sus pares el mismo día de la rendición.
"Estos años también han permitido a nuestras Fuerzas Armadas analizar las lecciones militares que dejó el conflicto y aprender de los errores", matizó la ministra de Defensa.
La derrota militar en las Malvinas abrió paso a un proceso por el que la democracia fue restaurada en octubre de 1983, cuando Raúl Alfonsín fue elegido presidente al cabo de siete años de dictadura militar (1976-1983).
El vigésimo séptimo aniversario del estallido de ese conflicto militar, que dejó 649 muertos en las tropas argentinas y 255 en las británicas, coincidió con los funerales de Alfonsín, quien se había opuesto a la invasión del archipiélago y murió el martes pasado en Buenos Aires, a los 82 años, víctima de un cáncer de pulmón.
"El camino" para que Argentina recupere la soberanía de las Malvinas "es el de las negociaciones diplomáticas, el de la prédica y el reclamo permanente", dijo Garré, luego de remarcar que su país no renunciará jamás a sus derechos en el archipiélago.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, encabezará hoy un acto en la embajada de su país en Londres, donde la mandataria asiste a la cumbre del G-20.



El reclamo por las Malvinas, 27 años después


Las circunstancias del calendario político internacional hicieron coincidir la cumbre extraordinaria del G-20 en Londres con la fecha en que se recordaron los veintisiete años del desembarco argentino en las islas Malvinas, hecho que desencadenó uno de los más graves conflictos bélicos internacionales de aquellos tiempos.Las mismas circunstancias llevaron a que por primera vez desde ese entonces coincidieran en Londres en estas fechas los primeros mandatarios de los EE.UU., Gran Bretaña y la Argentina. Lo que ocurrió ayer en la capital británica tuvo, por ello, esa resonancia especial pese a que notoriamente el tema Malvinas no asomara en el temario de la reunión. Su repercusión permite desglosar lo mucho que han cambiado la Argentina y el mundo desde entonces, así como la persistencia de condiciones que no se han modificado y constituyen una dolorosa rémora y un obstáculo objetivo para un desenvolvimiento más armónico de las relaciones internacionales.Entre estas últimas, la reivindicación argentina de la soberanía en el territorio insular del Atlántico Sur sigue siendo un reclamo vigente. Se encuentra avalado por las resoluciones de Naciones Unidas y tiene el acompañamiento de un vasto conjunto de países, que se pronuncian de ese modo, tanto en el Comité de Descolonización como en los grupos regionales latinoamericanos, el Mercosur y UNASUR y en otros foros internacionales.La negativa británica a introducir el tema Malvinas en la agenda bilateral y asumir la existencia del diferendo, es una muestra de la vigencia de actitudes neo-coloniales y criterios divergentes sobre los alcances de aplicación del derecho internacional. La posición oficial de Gran Bretaña, compartida por laboristas y conservadores, sigue colocando el principio de autodeterminación de la población kelper, mientras por otro lado avanza en la inclusión de las islas como parte de su propia extensión territorial de ultramar,.Pese a lo mucho que ha pasado desde la guerra del Atlántico Sur, se mantienen, por otro lado, heridas abiertas que resultan injustificadas y que siguen infligiendo su daño, como las restricciones a los familiares de los soldados muertos en las islas para inaugurar un monumento a los caídos.Es cierto que la derrota militar argentina en aquel infausto conflicto bélico de hace veintisiete años dejó a las aspiraciones de recuperar las islas más lejos que nunca. También cabe reconocer que desde entonces nuestro país ha dado muestras elocuentes de haber recogido las enseñanzas de aquella derrota y de su vocación pacífica y voluntad de mantener las mejores relaciones diplomáticas con Gran Bretaña.La negativa británica a discutir sobre la soberanía de las Malvinas sigue siendo, pese a ello, una diferencia mayor que no puede desconocerse. Evidencia el valor estratégico, geopolítico y geoeconómico, que le asigna Gran Bretaña y por igual motivo, además de representar una reivindicación histórica y permanente de la Argentina inscripta como tal en su texto constitucional, se trata de una situación inaceptable que afecta a la región en su conjunto.Su permanencia como un enclave neocolonial resulta, por lo tanto, doblemente anacrónica e injustificada en el momento en que se debaten precisamente las estrategias más adecuadas para enfrentar la crisis económica internacional y reformas en los regímenes e instituciones que regulan la relación entre las naciones. La soberanía en el Atlántico Sur es, en tal sentido, un tema de especial atención para América latina, tanto por razones históricas y jurídicas como económicas y estratégicas.
Cristina reiteró que el reclamo por Malvinas es “inclaudicable”
La Presidenta encabezó el acto en homenaje a los veteranos y caídos de Malvinas en Londres, algo inédito. Reiteró que seguirá la lucha de la Argentina por las islas y le reclamó a Gran Bretaña que “respete las resoluciones de la ONU”, en torno al pedido del organismo para que se reanude el diálogo entre ambos países para discutir la soberanía. También envió un saludo y las condolencias a la familia del ex presidente Raúl Alfonsín.
La presidenta Cristina Fernández encabezó esta tarde un acto en homenaje a los veteranos y caídos en la Guerra de Malvinas, a 27 años de la guerra. La herida sigue abierta y el reclamo es inclaudicable, advirtió desde Londres. Además, recordó al ex presidente Raúl Alfonsín.A 27 años del desembarco argentino en Malvinas, la jefa de estado envió un mensaje desde Inglaterra que fue transmitido en cadena nacional. “Es la primera vez que un presidente argentino conmemora el 2 de abril en Londres”, dijo, para comenzar su discurso. “El homenaje a los muertos en combate no reconoce nacionalidades”, consideró en la embajada argentina en Inglaterra. Destacó “a los hombres que fueron combatientes por la soberanía nacional y defendieron con honor esa misión”.“Hay que reconocer el esfuerzo de esos hombres porque durante mucho tiempo se intentó ocultar a los ex combatientes. Para nosotros, ellos son un orgullo y motivo de respeto”, dijo, y aclaró que el reconocimiento es “a los que hoy están aquí y a los que ya no están”.En ese sentido, instó a “reafirmar una vez más nuestros derechos soberanos sobre nuestras Islas Malvinas”, pelea a la que calificó como “inclaudicable”. En ese marco, advirtió que “todos los países deben respetar el derecho internacional y las resoluciones de la ONU”, en referencia al pedido del organismo para que Gran Bretaña y Argentina retomen las discusiones por la soberanía de Malvinas.Recordó al padre de la democraciaEl ex presidente Raúl Alfonsín falleció el 31 de marzo, pero ella no se encontraba en el país. Anunció que adelantaba su retorno al país, pero no pudo concurrir a las exequias –ayer y hoy-. En este día de luto para la Argentina, lo recordó con mucho cariño. “Fue el primer presidente de la democracia, proceso que se disparó precisamente después de Malvinas”, dijo. “No creo en las casualidades”, aseguró.Además, envió un saludo y su más sentido pésame a la familia del ex jefe de Estado, un símbolo de la democracia.